El día de hoy fue uno muy especial para los puertorriqueños, no solo para el pueblo de Salinas. Esta tarde con gran orgullo me senté ante el televisor a ver cómo uno de los nuestros hacía historia. Me refiero al que con toda probabilidad sea el mejor segunda base del Baseball de Grandes Ligas, Roberto Alomar. Hoy Roberto, se une a jugadores boricuas de la talla de Clemente y Cepeda, y otros como Regie Jackson y Tany Pérez que, en su momento han dejado su huella en el baseball. La humildad que brillaba en sus ojos esta tarde al recibir la exaltación al Salón de la Fama del Baseball, no es otra cosa que el producto de la excelente educación que le dieron sus padres. Es este chico de Salinas, Puerto Rico es y será ejemplo a seguir por las nuevas generaciones que entran a la zona del diamante. Vivo ejemplo de que con esfuerzo, valor, empeño, dedicación y pasión; se llega a la inmortalidad. Así pues, no hay que ser un super héroe, ni un dios mitológico para llegar a ser inmortal...
¡Hasta la próxima!