¡Señor!
¿Qué nos pasa? Desde que Pa se fue, hace 5 años, y Ma hace 3 y medio, todo ha sido una montaña rusa. Muchos sustos, muchas decepciones, mucha incertidumbre, mucha tristeza, mucho dolor, mucho coraje, mucha impotencia, mucha injusticia...
Cuando llega un poco de calma o tranquilidad, algo nos sucede invadiéndonos con dolor y tristeza. Entonces, llega la desolación, el sentimiento de abandono y la tristeza vuelve a aparecer haciendo alarde de su maldad. Vestida de cordero incente, pero mostrando a nuestras espaldas toda su maldad, todo su odio, toda su hipocresía. Ya, hasta me parece verla, burlándose de nuestro dolor...
¡Ya no me atrevo a ser feliz!¡Ya no me atrevo a caer en cuenta cuando experimento un ratito de paz, tranquilidad, o de alegría aunque sea estando en casa, que es dónde mejor estoy; porque en poco tiempo, la nube negra de la tristeza y el infortunio, se posan sobre mi casa...Solo me resta seguir orando, confiando, molestándote con mis ruegos, Señor. ¡Porque sé que Tú me escuchas!¡En Tus manos y en Tú nombre, Señor!¡Amén!

