lunes, 4 de febrero de 2008

¡Siete velas que celebran una vida...!

Existen días especiales en la vida de todo ser humano. Días que se rememoran o conmemoran por alguna razón, ya sea que nos haya causado tristeza, alegría o cualquiera de esas emociones que de pronto invaden nuestros corazones y nuestras mentes. Más que importa la razón por la cual los recordamos o los celebramos, lo cierto es que son días especiales, días inolvidables.

Hoy es uno de esos días. Y es que entre tantos y tan maravillosos, hoy celebramos la vida. Hoy es el cumpleaños de un ser maravailloso. Celebramos la llegada al mundo y a nuestras vidas de una mujer que ha cambiado con la suya, la vida de todos los que en algún momento la han conocido y compratido con ella. Hace 72 años, Ida Iris Negrón Santana, llegó a este mundo. Orgullosa de su patria y sobre todo de los hermosos paisajes de su Naranjito del alma, hace 25 años llegó a nuestro pueblo y con su deseo de servir al prójimo, allí donde El Señor la enviara y con gran visión de futuro, plantó una nueva semilla que de inmediato comenzó a dar frutos.

Sister, su inmensa fe en la niñez y la juventud, su apoyo incondicional, sus sabios consejos, así como el regaño justo a tiempo que ha tenido que dar; han ha hecho de nuestro Colegio una institución de excelencia que ha servido a Isabela y al Pueblo de Puerto Rico por 90 años.

Nunca han existido y ni han hecho falta fórmulas mágicas, ni manuales de instrucciones para alcanzar logros semejantes. Sólo ha existido su amor, su inquebrantable fuerza de voluntad, su fe en Dios y en María Santísima y el inmenso deseo de dar de lo que se tiene a manos llenas...

Hoy sólo encendemos en su honor, 7 velas. No hacen falta más... Siete velas que representan los grandes cambios desde su llegada al mundo, su niñez y su adolescencia, su consagración a la vida religiosa, su entrega a las causas justas, su llegada a nuestro pueblo de Isabela y a nuestro Colegio, hasta su influencia en otras vidas sirviendo de modelo a seguir...

Sólo nos resta, dar gracias a Dios por habernos permitido que su vida se cruzara con las nuestras y pedirle que le brinde muchos años más para seguir encendiendo, siete, ocho, nueve... velas más.

¡Feliz cumpleaños, amiga, maestra, consejera, compañera, hermana... Sister Ida!


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