Cada año para esta fecha que comenzó hace unos treinta y tantos días, el pueblo cristiano hace una pausa en su ajorada vida cotidiana. Cuaresma, tiempo de reflexión. Tiempo de preparación para recibir la Pascua de Resurrección, el momento cumbre, la redención del hijo del Dios ante el mundo por el cual se sacrificó.
Que este tiempo nos sirva para detenernos a recapitular sobre nuestras acciones, las buenas y las no tan buenas; que nos sirva para pensar en lo mucho que nos queda por hacer para construir un mundo mejor para nuestras futuras generaciones.
¡Gracias, Jesús, porque en ti siempre encuentro la paz interior que me arrebatan las preocupaciones que me da la vida; la calma y la fortaleza para seguir hacia adelente...! ¡Amén!
¡Feliz Pascua de Resurrección!
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