lunes, 28 de junio de 2010

¡Que nada me turbe...!

Que nada me turbe,
que nada me espante.
Que todo pase...
No te mudes de mí.
Que Tú paciencia en mí,
todo lo alcance.
Porque te tengo, nada me falta.
¡Sólo Tú, Jesús, bastas!
¡Amén!


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