Hoy. Un día cualquiera. Con la misma rutina. Uno de esos que a veces se convierten en los que llamamos, "el día menos pensado". Uno de esos días que tal vez nunca llega, pero que la esperanza, muy a pesar nuestro, mantiene en espera de que llegue.
Hoy, luego de diez largos años, regresa el pasado. Arrepentido, con ansias de reivindicar el daño causado... ¿Qué hacer...? ¿Recriminar el llanto derramado? ¿No devolver la llamada? ¿Y qué hago con este miedo de perder mi paz interior y de alterar la paz de mis seres queridos...?
Espero, lloro, contesto... Perdono..., pues el tiempo cura las heridas, aunque paresca copiado de una canción. Sí, hay que perdonar por el bien de los que amamos. Por el bien de mi tesoro más preciado. Perdonar y perdonarme, (yo me entiendo). Ya el tiempo secó la ira, ya, es tiempo de hablar y perdonar.
Señor, mi querido Salvador, dame fortaleza, sabiduría, entendimiento, pues ese día que te pedí que llegara y que al mismo tiempo que no, al fin ha llegado... Llévame de la mano...
Siempre ocurre que eso que tanto pedimos ( auque le temamos ) llega...como tú dices, el día menos pensado. tal vez, Elsita, ahí está la grandeza de Dios. Si supiéramos cuándo y dónde va a suceder...todo sería como un libreto ya ensayado, no podréamos ser auténticos, pienso yo. Demasiado ensayo, demasiado planificar lo que diremos o cómo vamos a actuar. Creo que Dios no permite que sepamos para que al final actuemos con toda honestidad ( al fin y al cabo, Él sí sabe lo que sentimos )De mi parte solo te digo que pienses en lo que tienes ahora, y en lo que deseas tener.No permitas que nada te quite la paz, y sobre todo, perdona. Porque al perdonar de frente y totalmente, serás libre para todo lo demás. Y recuerda que perdonar no significa comprometer tu vida, sino liberarla.Sé libre amiga, y sé felíz, tú lo mereces !
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