Por tercer año consecutivo se acercaba el mes de octubre y mi hijo Robertito me recordó que para su cumpleaños quería el ya tradicional "sleepover" con "algunos" de sus amigos. Nada, "son bien pocos, unos cinco o seis", me dijo. Si claro, unos cinco o seis que probablemente se convertirían en doce o quince muchachos comiendo, jugando, gritando, riendo, disfrutando y otros ando que no debo mencionar por este medio. Tremendo maratón el que me esperaba.
No obstante, era su cumpleaños. Catorce años y había que celebrarlo en grande como siempre. Así pues, el sábado comenzaron a llegar. A eso de las 3pm, llegó Paolo. A las 5, llegó Marcos. Y así la casa se fue llenando de un gran alboroto, con zapatos tirados por doquier y también de mucha alegría. A eso de la 1:00 a.m., llegó Brian, que estaba en San Juan con su Papá, pero dijo que llegaría y así lo hizo. Las horas pasaron y el reloj avanzó más rápido de lo que yo pensé. Gracias a Ivette, mi comadre y a mi hermana Joha y mi incondicional hermano Danny, la noche pasó, los chicos disfrutaron y todo transcurrió en orden. De más está decir que no durmieron ni medio minuto, no por falta de sueño, sino por temor a las maldades que habían prometido hacerle a los que se rindieran. Yo tampoco, dormí. Fue un maratón de 24 horas, pues al último lo recogieron a las 3 p.m. de hoy domingo. Más que importa el trabajo, el desorden, el reguero si la diversión estuvo presente.
Otro cumpleaños más Robertito. Otra alegría para mí al poderte complacer. Sólo me resta pedir a Dios y a la Virgen Santísima que te sigan protegiendo como siempre lo han hecho. Que te guíen por el camino del bien, de las buenas decisiones para que seas un ciudadano de provecho para la sociedad futura que les tocará a ti y a tus compañeros vivir y dirigir. Te amo hijo querido. Eres mi razón de vivir...
Por siempre, mami gorda
Elsita
No obstante, era su cumpleaños. Catorce años y había que celebrarlo en grande como siempre. Así pues, el sábado comenzaron a llegar. A eso de las 3pm, llegó Paolo. A las 5, llegó Marcos. Y así la casa se fue llenando de un gran alboroto, con zapatos tirados por doquier y también de mucha alegría. A eso de la 1:00 a.m., llegó Brian, que estaba en San Juan con su Papá, pero dijo que llegaría y así lo hizo. Las horas pasaron y el reloj avanzó más rápido de lo que yo pensé. Gracias a Ivette, mi comadre y a mi hermana Joha y mi incondicional hermano Danny, la noche pasó, los chicos disfrutaron y todo transcurrió en orden. De más está decir que no durmieron ni medio minuto, no por falta de sueño, sino por temor a las maldades que habían prometido hacerle a los que se rindieran. Yo tampoco, dormí. Fue un maratón de 24 horas, pues al último lo recogieron a las 3 p.m. de hoy domingo. Más que importa el trabajo, el desorden, el reguero si la diversión estuvo presente.
Otro cumpleaños más Robertito. Otra alegría para mí al poderte complacer. Sólo me resta pedir a Dios y a la Virgen Santísima que te sigan protegiendo como siempre lo han hecho. Que te guíen por el camino del bien, de las buenas decisiones para que seas un ciudadano de provecho para la sociedad futura que les tocará a ti y a tus compañeros vivir y dirigir. Te amo hijo querido. Eres mi razón de vivir...
Por siempre, mami gorda
Elsita
Muchas felicidades en su día Robertito.
ResponderEliminarQue Dios lo bendiga.
Salud.
¡Felicidaades atrasadas, Robertito!
ResponderEliminarMisi Soriano, es Iriana Morales, estudiante del colegio. No se cómo agregarte por que soy nueva en esto del blog, pero aqui te dejo un enlace.