domingo, 12 de octubre de 2008

El dolor de la soledad en compañía...

La otra noche, te comenté: "Si supieras cómo duele la soledad..." A lo que sin vacilar y muy acertadamente respondiste: "Si supieras lo que es la soledad en compañía." Ciertamente, me debí haber callado la boca, pero mi dolor en aquel momento, era tan grande que no me permitió ver el dolor ajeno, tu dolor, y de inmediato riposté: "Te juro que la preferiría (la soledad en compañía), pues nunca he sentido lo que es estar acompañada..." Que egoístas somos en ocasiones los seres humanos, aún cuando decimos la verdad, pues esto último es una realidad que nunca me ha abandonado.


Es por eso que aquí, te pido disculpas, por mi dolor agoísta, por las palabras hirientes; y voy más allá de una mera disculpa. Aquí te presento y te ofrezco querido amigo, a ti, alma gemela que a penas hace unos días creo que encontré, mi solución para dar fin al dolor de mi soledad y a tu soledad en compañía...

Quiero ser para ti, aliento en la mañana, la caricia tibia que te despierte y te recuerde: "...tenemos que salir a trabajar". La que durante el día se tome unos minutos de su apretado itinerario para llamar o enviar el mensaje deseándote: "Buenos días, mi amor" en mil y un idiomas. Quiero ser la que se siente a almorazar, más no sin antes volver a llamar o escribir para decir: "Buen provecho, mi vido". La misma que al caer la tarde te espere con brazos abierto y te escuche comentar, la noticia callejera, la noticia principal, el chiste de la oficina o el mal rato que te hicieron pasar. Luego, en la noche, dejar por un momento las labores extendidas de mi profesión y arrullarte en mis brazos mientras terminas algún trabajo de la oficina, susurrándote al oido alguna canción.

Quiero ser para ti, la que comparta hombro con hombro tus penas y tus alegrías (sé que suena muy "cliché"), pero más sencillo no ha de ser. Saborear contigo, tanto el dulce del postre de "ese" restaurant en particular, como lo amargo de un asunto que de inmendiato, no pudiste solucionar.

A medida que avanzo en mi propuesta, me detengo y pienso: "Creo que estoy yendo demasiado rápido. Sí, muy rápido". Más el amor debe ser así. Pienso que no hay que dar tantas vueltas para manifestar un sentimiento que nace de lo más profundo del corazón.

Tal vez la solución propuesta no sea fácil de lograr. Tal vez requiera de algunos cambios, modificaciones o de tiempo para madurar. Más entiendo, que si nuestros caminos se han cruzado, una vez más, luego de tanto años, por alguna extraña razón será...

Una vez más pido disculpes este ciego egoísmo que a veces me ahoga en celos, dudas y llanto. Sólo quiero que sepas que daría lo que no poseo por llenar tus días de alegría. Sacar de ellos la soledad, conviertiéndome en tu compañía y de esa forma yo también poder alcanzar mi felicidad...

Por siempre...
Elsie

2 comentarios:

  1. Wow, Elsita...bello. Ojalá...tú sabes, lo deseo de tod corazón. DTB

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  2. wow... me dejaste sin palabras, pero conoces lo que pienso y sabes que te admiro. Tienes un corazón maravilloso. Dios te colme de dicha y bendiciones todos los días. Te quiere mucho, Arleen.

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